banner

Blog

May 28, 2024

Sobre lo de anoche

Por primera vez en mi vida, vi un debate presidencial republicano desde el otro lado. Esta vez pude descartar minucias que habrían sido obsesiones hace dieciséis, doce o incluso ocho años. Me permitió ver el tema más amplio de la noche y de la fiesta.

Sin Donald Trump, sacando todo el oxígeno de la habitación (más sobre él más adelante), pudimos ver el pasado chocar con el futuro. Los gobernadores de fuera de Florida (Haley, Burgum, Hutchison y Christie) hicieron todo lo posible para ganar la nominación republicana de 2012. Desafortunadamente para todos ellos, estamos en 2024.

Sólo un candidato en ese escenario pareció entender hacia dónde se dirige el Partido Republicano: Vivek Ramaswamy. Esta fue la primera vez que pudo llevar su acto Trump-mini-yo al escenario nacional. No lo desperdició. Cualquiera que fuera un republicano con buena reputación en 2012 se estremecería ante la avalancha de fragmentos de sonido, los gorgoritos libres de hechos y la vigorosa defensa de Donald Trump de Vivek.

En el proceso, Vivek bebió el batido de Ron DeSantis.

En medio de la batalla retórica entre Vivek y los cuatro pretrumpianos, Ron fue atacado salvajemente en el fuego cruzado. Lo mismo ocurre con Mike Pence y Tim Scott. Los tres están tratando de navegar entre la mayoría pro-Trump y la minoría anti-Trump.

Claramente no escucharon lo que les sucede a las personas que intentan tomar el camino intermedio.

Dicho esto, Pence al menos miró y actuó como corresponde. Scott al menos mantuvo intacto su plan de Rube Goldberg para la nominación a vicepresidente. ¿DeSantis? Ni siquiera podía seguir su propio memorando de debate.

Entonces ¿quién ganó? Nadie en ese escenario. Ninguno de los cuatro pretrumpianos pudo hacer mella, por mucho que nos hayan impresionado al resto de nosotros. Pence y Scott tampoco pudieron mover la aguja. DeSantis no hizo nada para abordar sus deficiencias.

En cuanto a Vivek, pasó la mayor parte de su tiempo asegurándose de que nadie más le pusiera un guante al “elefante que no estaba en la habitación”.

Ninguno de ellos realmente destacó. Todos ellos reforzaron sus imágenes –buenas y malas– asegurando que el campo permanezca disperso.

Por tanto, el ganador fue claramente el favorito ausente.

Estuve tentado de incluir a Joe Biden como ganador, pero pensándolo mejor lo pasaré. Este debate no produjo ningún daño real para Trump, por lo que Biden no gana nada.

Todos los que estaban en el escenario, excepto Vivek, perdieron. Los cuatro pre-Trumpianos hicieron un buen esfuerzo, pero se enfrentaron a la realidad del Partido Republicano actual. Pence, Scott y DeSantis no lograron el lanzamiento.

Para Vivek, fue un empujón: tuvo una buena noche pero no estuvo ni cerca de vencer a Trump, suponiendo que quiera hacerlo.

DJ McGuire es editor financiero de Bearing Drift.

COMPARTIR